Dormir bien es imprescindible para una buena salud general. Sin embargo, no sólo es importante dormir cierto número de horas; también la regularidad en los horarios que se duermen es muy relevante. Aquí te contamos la relación entre el sueño irregular y el aumento del riesgo de padecer problemas cardiovasculares.
Las enfermedades cardiovasculares son un conjunto de diferentes patologías que afectan al corazón y a los vasos sanguíneos. Son la principal causa de muerte a nivel mundial. Es decir que cada año mueren más personas por alguna de estas patologías que por cualquier otra causa.
Además, por nuestro estilo de vida y la evolución de la sociedad, cada vez es mayor el número de personas que padece alguno de estos trastornos. Son un problema de salud pública y son muchos los estudios que se realizan para intentar establecer claramente los factores de riesgos, de manera que se pueda actuar contra ellos.
Algunos ejemplos de enfermedades cardiovasculares son:
Como ya hemos comentado, dormir bien, al igual que comer bien u otras actividades diarias, es esencial para mantener una buena salud. No descansar correctamente tiene consecuencias negativas, tanto a nivel psicológico como a nivel físico.
Durante el sueño descansamos la mente y el cuerpo. Todo nuestro organismo se toma un descanso para poder estar al cien por cien al día siguiente. Un mal descanso continuado hace que vayamos acumulando cansancio y estrés, por lo que nuestro cuerpo no podrá realizar todas sus funciones correctamente.
Todo esto hace que, si la situación se mantiene mucho tiempo, y nuestro cuerpo no funciona como debería, aumente el riesgo de desarrollar ciertas enfermedades, tanto psicológicas -estrés o depresión– como físicas -enfermedades cardiovasculares y problemas metabólicos, sobre todo.
Un buen descanso no solo implica que el número de horas que se duerman sean las adecuadas. ¿Esto qué quiere decir? Que también afectará a la calidad de nuestro sueño y de nuestros ritmos biológicos lo regular que sea.
Si de un día a otro varía mucho el número de horas que dormimos, o si nos acostamos y despertamos a horas muy dispares a lo largo de las jornadas, tendremos un sueño irregular. Tener sueño irregular hace que nuestro organismo no pueda habituarse a una rutina de descanso, que se descontrolen nuestros ritmos circadianos y que el cuerpo no rinda como debería.
Los investigadores del Brigham and Women’s Hospital en Boston realizaron un estudio. Investigaron a hombres de entre 60 y 70 años sin antecedentes de problemas cardiovasculares. Colocaron un monitor de seguimiento, que cada participante llevaba en la muñeca, e informaba a los investigadores la hora de acostarse, la duración del sueño y la hora de despertarse de los participantes.
A partir de esta información, analizaron qué participantes habían sufrido algún problema cardiovascular y lo relacionaron con su patrón de sueño. Los investigadores sugirieron que el riesgo de problemas cardiovasculares fue más del doble en los participantes que no mantuvieron una cantidad y calidad de sueño regular.
Muchas veces, a la hora de prevenir y tratar las enfermedades cardiovasculares, nos centramos en la dieta, el ejercicio y los medicamentos. Sin embargo, olvidamos una parte tan fundamental y sencilla como es un sueño correcto.
Por lo tanto, estudiar a pacientes con riesgo cardiovascular teniendo en cuenta también su tipo de sueño, y corrigiéndolo con medidas de higiene, puede ayudar a prevenir muchas de estas patologías. Aún así, los investigadores siguen trabajando para realizar nuevos estudios que amplíen los conocimientos al respecto.
Fuente: Mejor con Salud